En teoría, Mónaco es un Estado independiente. En la práctica, su supervivencia está atada a la relación con Francia que, entre otras cosas, asegura su defensa. En 1641, un tratado puso al Principado bajo cierta tutela francesa, pero con respeto de su autonomía. Unidad aduanera o protectorado, las fórmulas de su relación con Francia han ido cambiando y adoptando términos que van de la "amistad protectora" a una "comunidad de destino", tal la fórmula adoptada en 2002. En términos oficiales, según la reforma del tratado adoptada ese año, "la República Francesa asegura al Principado de Mónaco la defensa de su independencia y de su soberanía y garantiza la integridad del territorio monegasco en las mismas condiciones que el suyo". Por su lado, el Principado "se compromete a que las acciones que lleva adelante en el ejercicio de su soberanía sean concordes con los intereses fundamentales de la República Francesa en los planos político, económico, de seg...